El fuego de mi hoguera está encendido
más al norte de la pampa en guanacaste,
emigramos como emigran los yaguares
cuando el hambre nos empuja hasta al exilio
no he podido cargar mucho, cuánto menos,
una foto de mi esposa con mis hijos
una alforja con machete pa’ quel monte
nadie sabe que hay detrás de aquellos ríos
en las noches vas pensando que te siguen,
vos corrés pa’ ocultarte entre humedales,
si te agarran sin papeles quedás preso,
es el juego de las hienas contra el hombre
juan machete me dicen los amigos,
por ser yo quien batalla contra el monte,
con aquellas arboledas como mares,
con las tierras combatientes como fieras
en las noches se escuchan las chicharras
y el gemido de algún lobo a plena selva,
pa’ estar muerto sólo basta estar muy vivo
-decía mi tata como viendo a las estrellas-
así pasan los días y qué vaina
no hay nada pa’ lidiar con esta hambre
uno dice: si fui militar en la guerrilla
esta mierda es pan comido pa’ este pobre
y se zampa un par de hojas de la yerba
pero entonces aquel mundo no nos quiere
aunque bebe del café que uno cosecha,
y recuerdo a mi esposa y a mis hijos
siento el fuego el agua el aire de mi tierra
voy fraguando con el llanto identidad,
voy haciendo que un país entero crezca,
mas el mundo nos dirá los olvidados,
los sin nombre que parieron otra tierra